La producción de vino en California es relativamente reciente, hasta los años 60 no se produjo el gran desarrollo de la industria vitivinícola californiana.
La mayor parte de las regiones californianas tienen un clima mediterráneo. Sin embargo, algunas zonas costeras como Russian River Valley o Carneros tienen climas más fríos debido a la influencia de las corrientes oceánicas y la formación de nieblas. Otras zonas, especialmente Central Valley, cuentan con un clima más continental, con altas temperaturas y baja pluviometría. Las regiones más frescas se caracterizan por la producción de vinos de gran calidad de variedades internacionales como la Pinot Noir o la Chardonnay. En Central Valley abunda la producción de grandes volúmenes, cerca del 80% del vino californiano proviene de esta zona.
La singularidad de los vinos californianos viene de la mano de la variedad Zifandel. Esta variedad presenta una maduración del racimo irregular. Cuando todos los granos han madurado algunos ya han comenzado a pasificarse. Como resultado, se obtienen vinos tintos muy concentrados, con mucha fruta roja, altos niveles de alcohol y pequeñas cantidades de azúcar residual. La Zifandel también se utiliza para producir rosados afrutados, pálidos, con baja graduación y cierto dulzor conocidos como White Zifandel. Aquellas viñas en lugares frescos o las cepas más viejas, como las de la región de Lodi, dan vinos de excelente calidad.
Finalmente otra de las especialidades californianas es un estilo particular de Sauvignon Blanc conocido como Fumé Blanc. El término fumé no hace referencia a aromas ahumados en el vino sino a las nieblas matutinas en los viñedos que refrescan y ayudan a mantener los aromas primarios de la fruta. Este estilo, popularizado por el pionero Robert Mondavi, incluye a menudo una crianza en madera aunque no es obligatorio. Son vinos secos, caracterizados por sus notas herbáceas y cremosas.