En la creación del vino, no todo es de color de rosa. Hoy conocerás uno de los más grandes peligros del pasado en la producción de esta bebida: el tufo. ¡Descúbrelo en este artículo!
Durante la elaboración en lagos abiertos y calados donde fermenta la uva, con procedimientos completamente artesanales, se liberan gases (anhídrido carbónico) que desplazaban al oxígeno del aire. En todo este proceso, el anhídrido carbónico se convierte en un gas tóxico; en pocas palabras, las personas que entraban en las bodega, respiraban este aire y corrían el riesgo de asfixiarse en muy pocos minutos.
¿Cómo podían protegerse del «tufo»?
De una forma muy sencilla. Una simple vela encendida portada por la persona que entraba en el lugar advertía de la falta de oxígeno. Ellos sabían que si la vela se apagaba no podían continuar en la bodega. Un método simple, pero el más efectivo para la época en la que este era un riesgo la asfixia en la producción de vino.
Para poder sacar el tufo del interior de los espacios, se construían las “tuferas”, unos agujeros que se abrían en el techo de las bodegas o calados tradicionales con un único fin: que el tufo saliera por aquel agujero y permitiera circular el oxígeno en el espacio. En muchas ocasiones el orificio estaba protegido por una especie de chimenea ascendente para permitir una mejor ventilación y prevenir riesgos de estructura.
Muchas personas fallecieron a consecuencia del tufo del vino, tanto los que trabajaban en la elaboración como aquellas personas que inconscientemente acudían a socorrerles sin advertir el riesgo de la concentración de gases en las bodegas.
¿Cómo funcionaba la asfixia por CO2 en las bodegas de vino?
El tufo no tiene ningún olor, se trata simplemente de CO2 que en sí mismo no es venenoso. Pero las grandes concentraciones del gas en un espacio cerrado y reducido, lo convertía en un elemento letal. Es más denso que el «aire» común, termina por desplazarlo haciendo que la respiración se hiciera cada vez más complicada. Finalmente llegaba la pérdida de conciencia y una asfixia que pasaba desapercibida hasta el momento de la muerte.
Actualmente, con los modernos sistemas de elaboración y detección de gases, el riesgo en las bodegas es mínimo y, por fortuna, no hay que recurrir a métodos como el de la vela para cuidar de la salud de los trabajadores y productores de vino.
Todavía se pueden ver en muchos pueblos esta tradicionales soluciones para este problema en la elaboración del vino. Si quieres más información, ¡revisa esta web que encontramos!: https://www.rutasdelvinorioja.com/patrimonio/las-tuferas-de-brinas/
Si, por otro lado, quieres conocer más sobre el mundo del vino, ¡sigue leyendo nuestro blog!
Publicado: 10/07/2014 / Revisado y modificado: 02/12/2020