Aunque pudiera parecer lo contrario, no se plantan rosales en las viñas por motivos ornamentales, sino que los motivos son totalmente prácticos; las rosas son las mejores amigas amigas para descubrir a tiempo plagas e insectos que puedan contaminar toda la cosecha.
Las vides son muy sensibles al ataque de un hongo, que provoca una enfermedad llamada “Oidio”. Este hongo es muy dañino para la vid, contamina cualquier parte de la planta y es muy difícil de erradicar si no se detecta a tiempo.
Es evidente en áreas específicas:
Hojas: aparece en el haz y en el envés en forma de polvillo blanquecino que puede limitarse a un espacio específico o regarse por toda la hoja.
Brotes y sarmientos: las manchas se presentan borrosas de un color verde apenas más oscuro que el de la planta; en ocasiones puede tomar incluso un color grisáceo o llegar a ser negro.
Racimos / frutos: inicialmente aparece un polvillo poco perceptible que poco a poco se va convirtiendo en una capa más evidente que recubre toda la fruta.
Entonces, ¿por qué se plantan rosales en las viñas?
Los rosales en los viñedos, son susceptibles de contraer estas enfermedades causadas por hongos y otras plagas, pero los efectos (manchas blancas en las hojas) se ven antes en los rosales que en las vides. Esencialmente, por eso se plantan los rosales en las viñas, sirven como aviso a los viticultores del peligro de plaga; así detectan a tiempo la enfermedad y pueden tratar los viñedos espolvoreando las plantas con azufre.
La versión “romántica” de esta práctica, aunque muy alejada de la realidad, es que plantar rosas de diferentes colores, dependiendo la variedad de la uva, ayuda a diferenciar unas renques (hileras) de otras en las épocas que es más difícil hacerlo por falta de fruto, como en primavera y otoño que es cuando florecen las rosas.
De esta forma, plantando rosales en las viñas, los viñedos se mantienen siempre a salvo de las plagas, que además hacen que el espacio luzca muchísimo más amplio y hermoso.
Mod: 06/12/2021