La Tierra...
Hoy se nos ha despertado la vena poética gracias a este poema sobre el vino, nos hemos tomado la libertad de tomarselo prestado a su autora, esperemos que os guste tanto como a nosotros.
La tierra, cuando es audaz y se tiñe de rojo fuego,
cuando brota y se vierte de ámbar, de reflejos cristalinos que cuelgan como gotas doradas,
brillantes y turgentes…
La tierra, cuando es generosa y sabe como la madera, el viento y la lluvia,
cuando guarda el secreto de las manos que la cuidan, cuando palpita vigilante, dispuesta a
regalarse…
La tierra…
…es entonces la vida misma regada de ardiente vino, el espíritu cadencioso al ritmo de la brisa,
el pulso apaciguado, pero poderoso, latiendo bajo nuestros pies…
y de su paisaje colorido en el otoño nos trae la nostalgia perezosa que huele a sueños añejos,
sabores reposados que traspasan el alma entera y se expanden en el paladar…
como una promesa imperecedera en la memoria.
Si queréis leer más sobre esta autora, no dudéis en visitar su blog: Maite Ochotorena
¡Merece la pena!