En el mundo de los vinos hay un sinfín de aromas, sabores y texturas que experimentar. Los aromas frutales son de los más populares dentro de los expertos vinícolas, porque además son de los más vendidos dentro del mercado de las bebidas alcohólicas.
Los aromas frutales durante la cata son para la mayoría de las personas los más fáciles de detectar. Obviamente el vino viene de la uva, y las características frutales de cada variedad van influenciar enormemente en el sabor y aromas del producto final.
Este tipo de aromas son más frecuentes en los vinos jóvenes que han sido sometidos a un buen proceso de fermentación.
Aromas frutales frecuentes en los vinos
Si bien es cierto que son muchos los aromas frutales que puedes percibir al catar un buen vino, también es cierto que la presencia de algunos aromas es mucho más frecuente en comparación a otras.
Por ejemplo:
El limón, la manzana, el albaricoque, el melocotón, el pomelo o el melón maduro son característicos de los vinos blancos; mientras que la frambuesa y la fresa con aromas frecuentes en los tintos jóvenes.
¿Pero cómo distinguir que fruta estamos percibiendo?
Como todo en la cata, lo más fácil es ir acotando por descarte. Siguiendo esta idea, podemos distinguir siete grupos:
- Manzana y otras frutas verdes.
- Cítricos, como el limón.
- Melocotón y frutas de hueso (generalmente dulces).
- Aromas tropicales, como el del lichi.
- Frutos rojos como la cereza.
- La fruta oscura, como la grosella negra.
- Los frutos secos, como el higo.
Una vez que hemos detectado en que gran grupo nos movemos, podemos identificar que fruta exactamente estamos percibiendo. Es aquí donde entra el tema de la memoria aromática y gustativa. Si nunca has sentido el olor de un lichi o comido una ciruela, difícilmente podrás detectar el aroma frutal en un vino; ni siquiera su sabor, porque tu cerebro no tiene una referencia con la que comparar.
Es por este motivo que los sumilleres se entrenan y dedican mucho tiempo a oler y degustar todas las referencias posibles de su entorno. De esta manera pueden construir un gran abanico de aromas y sabores en su cabeza; así pueden afinar poco a poco su olfato para ser mucho más precisos en la cata.
Los aromas en las catas
Por otro lado, puede ser de gran ayuda en una cata a ciegas conocer los aromas frutales más típicos de cada variedad. Por ejemplo. La variedad Hondarrabi Zuri, típica del Txakoli, da claramente esas notas de fruta verde; el albariño es especialmente cítrico, la Gewurztraminer a menudo recuerda al mango o al lichi, la gran mayoría de variedades tintas como el tempranillo dan claramente aromas de fruta roja madura, la garnacha es muy conocida por sus aromas de fruta negra o la syrah por transmitirnos recuerdos de higo.
Esta parte de la cata del vino no es particularmente simple. Al contrario, es bastante complicado aprender a distinguir esencias específicas entre los muchísimos aromas frutales que existen en el mundo del vino. Sin embargo, es cuestión de practica, ¡familiarízate con los olores de cada vino que pruebes!
La práctica hace al maestro, ¡pero la teoría también es importante! Continúa aprendiendo sobre vinos en nuestro blog.
Publicado: 10/06/2014 / Revisado y modificado: 27/12/2020