La garnacha, o grenache como es conocida internacionalmente, es una variedad tinta de origen español que se extiende por diferentes países, principalmente Francia y España y cuyos vinos están caracterizados por sus intensos aromas y sabores a frutos rojos.
Es la variedad más cultivada en España y es especialmente importante en regiones como Rioja, Navarra o Aragón además de jugar un papel importante en los vinos de calidad de Priorat. Da lugar a tintos muy afrutados, es la responsable de algunos de los mejores rosados del mundo y juega un papel importante en numerosos coupages alrededor del mundo.
La garnacha necesita de climas cálidos para madurar completamente y presenta una gran resistencia a la sequía. Por otro lado es una variedad que se caracteriza por producir granos de uva muy dulces y de piel fina. Como consecuencia suele dar vinos con gran potencial alcohólico, suaves taninos y poco profundos en color. Estas características cambian si hablamos de viñas más viejas.
El viñedo de mayor edad produce vinos de mayor tanicidad y acidez, en perfecto equilibrio con la fruta y el alcohol, produciendo vinos excelentes y más profundos. Es por esta razón, que las viñas viejas de garnacha son tan apreciadas y buscadas. A pesar de que se han practicado diversos arranques de viñas de esta variedad durante las últimas décadas, aún resisten algunas cepas antiguas de más de 80 años e incluso 100, con bajos rendimientos, pero de increíble calidad.
Los sabores dominantes de los vinos de garnacha van desde la fresa, las frambuesas o las cerezas pasando por la ciruela y el higo, así como el cuero y el regaliz de los vinos más evolucionados. Aparte de España, existen otras regiones del mundo en las que se producen grandes vinos basados en la garnacha como Châteauneuf-du-Pape, Côtes du Rhône así como algunas regiones de Italia, Australia y Estados Unidos.