Hemos tratado anteriormente la elaboración de espumosos centrándonos sobre todo en el método tradicional.
Existen también otros métodos que suponen un ahorro en costes de producción en diferentes regiones del viejo y nuevo mundo.
El método transfer al realizar una segunda fermentación en botella conserva las notas de pan tostado características de la autolisis de las levaduras. A diferencia del método tradicional, no se realiza un degüelle botella por botella sino que se vacía el contenido de las botellas en un único depósito, se filtra y se embotella. Esta elaboración respeta menos la burbuja y puede provocar una perdida de aromas, pero sigue conservando los sabores autolíticos. Es un método ampliamente utilizado en el nuevo mundo, particularmente en Australia.
El método charmant realiza la segunda fermentación en depósito y no en botella. El líquido de tiraje, que contiene azúcar y levaduras, se añade en un depósito hermético que conserva el carbónico producido durante la segunda fermentación. Este tipo de elaboración no desarrolla aromas y sabores a panadería pero conserva los caracteres más primarios de la uva. Por esa razón es ideal para variedades aromáticas ya que conserva toda su pureza. Es el método con el que se elabora él, cada vez más de moda, Prosecco italiano o el Sekt alemán.
Finalmente el método Asti, propio de la región del Piemonte italiano del mismo nombre, no necesita de la producción de un vino base. El mosto es conservado a bajas temperaturas y el vino se elabora bajo demanda. La fermentación se da en tanques presurizados en las que se permite escapar el carbónico hasta que el mosto alcanza un 6% de alcohol. A partir de ese momento el carbónico es conservado. Cuando el vino alcanza los 7,5% se enfría, se filtra y como resultado se obtiene un vino ligeramente espumoso de baja graduación, con azúcar residual y afrutado.